7 inquietudes que rondan por tu mente sobre la protección solar

No te quejes cuando aparezcan arrugas antes de tiempo o manchas en tu piel si toda la vida has pensado que el maquillaje protege del sol lo suficiente como para no usar protector solar. O, incluso, que la sombrilla de la playa es el mayor escudo para que los rayos UVA ni te hagan cosquillas en la piel. Vamos, que si no quieres creer en mitos y simplemente deseas resolver todas tus inquietudes sobre la protección solar, estás muy bien ubicada/o en este momento. 

Al comprender la importancia de la protección solar, tu relación con el fotoprotector irá viento en popa. Y, sin duda, tu piel te lo agradecerá hoy, mañana y siempre. Presta mucha atención a los siguientes mitos, creencias o como quieras llamarles porque sabemos que en tu cabeza rondan muy constantemente y, sobre todo, en verano: 

1 El factor del maquillaje o crema hidratante es suficiente para proteger mi piel

Aunque también lo hemos creído por mucho tiempo, pero la verdad es que el maquillaje no contiene el SPF suficiente para proteger la piel. Por lo general, suele tener entre 15 y 25 de factor de protección solar, lo que hace que los rayos UVA penetren más rápido en la piel. 

Así que lo ideal es aplicar protector solar con un SPF de 30 o 50 -preferiblemente- antes del maquillaje. De esta manera evitarás la aparición de manchas, sí, las pecas de toda la vida y otras manchas no tan agradables, y extenderás el tiempo para ver las temidas patas de gallo.

2 La crema solar solo es necesaria para los días de playa

Llueva, truene o relampaguee, la protección solar es fundamental porque, aunque el día esté completamente gris, el sol se esconde detrás de todas esas nubes. El mínimo resplandor afecta a nuestra piel si no está protegida por una buena capa de crema solar. 

3 La protección solar sirve para proteger el rostro únicamente 

Los rayos UVA actúan en las diferentes zonas de nuestro cuerpo que estén expuestas. En la playa es importante proteger desde el rostro hasta los pies, y para la rutina es vital aplicar protector solar en las zonas más vulnerables como la cara, las manos y los pies, sobre todo en verano que acostumbramos llevar calzado descubierto.

4 Ponerse protector solar una vez al día es suficiente

Al sudar o entrar en el agua, la crema solar desaparece. Por eso es indispensable retocarla cada dos horas, incluso si estamos en casa porque la luz azul de los dispositivos electrónicos también afecta la piel. 

5 Si me cubro no me voy a quemar 

Como hemos mencionado anteriormente, aunque te escondas debajo de una sombrilla o salgas de tu casa con una gorra, el resplandor sigue actuando sobre tu piel. De hecho, para una protección eficaz lo más recomendable es aplicar protector solar y salir con algún complemento que proteja el rostro como gafas de sol, sombreros o gorros. 

6 Cualquier protector solar me protege lo suficiente

Es muy importante invertir en un protector solar específico para el rostro que se adapte a tu tipo de piel y que ofrezca una alta protección. La piel del rostro suele ser más grasa que la del cuerpo y es por ello que los protectores corporales actúan de una manera diferente en la cara, dejándola más brillante y blanquecina. Este efecto untuoso es debido a los filtros físicos que contienen, y en el rostro pueden obstruir los poros.

7 Diferencia entre el número de factor de protección solar (SPF)

El factor de protección solar es el tiempo que puedes estar expuesta/o al sol sin quemarte. Para elegir el SPF indicado, es necesario multiplicar el tiempo en el que tu piel puede estar expuesta al sol sin quemarse por el SPF. Es decir, si tu piel resiste 10 minutos debajo del sol sin protector, y quieres utilizar un SPF de 30, el tiempo estimado serían 300 minutos que tu piel puede estar expuesta al sol sin riesgos de insolación o quemaduras. 

Sin embargo, también varía entre cada tipo de piel, puesto que hay unas que soportan más tiempo que otras al tomar el sol. Siempre se recomienda utilizar el de mayor SPF (50+) para tener una protección con mayor seguridad debido a que, indiferentemente del tipo de piel, esta sigue siendo sensible a los rayos UVA. 

Y si tus inquietudes no disminuyen con facilidad, consulta con un dermatólogo para una mayor seguridad y cuidado de la piel.