Conoce 5 trucos que te ayudarán a conectar con tu ser interior y a mejorar tu actitud con tu alrededor.
¿Alguna vez has sentido que no dabas más de sí? Si algo hemos aprendido en estos días posteriores a la situación actual ha sido a pasar.
Estos últimos meses has tenido que cambiar tus rutinas, las formas de ocio e incluso de hacer deporte.
Este “encierro” ha servido para que te des cuenta de que de vez en cuando hay que parar. Y por más que cueste admitirlo, en el fondo, sabes que a tu cuerpo le ha venido bien este parón.
Y esto es algo que te tienes que llevar de la cuarentena, el vivir un poco más relajada y sin tantos agobios.
No es fácil conseguirlo, pero hoy te llevarás varios trucos que podrás poner en práctica en tu rutina
Pero primero, ¿sabes lo que es el mindfulness? ¿Te suena a chino?
Pues bien, el mindfulness tan solo se refiere a vivir más el presente, estar conectada con aquellas acciones que hacemos diariamente y darnos cuenta de que las hacemos.
¿Cuántas veces te has dado cuenta de que haces las cosas casi automáticamente, sin pensar? El mindfulness viene a poner remedio a eso.
Aprovecha sus beneficios
Existen pequeños y medianos negocios que imparten clases de mindfulness y te ayudan a entender qué significa y cómo llevarlo a cabo.
No te vamos a pedir que te apuntes a unas clases, pero siguiendo estos pasos podrás relajarte 10, 15, 20 minutos al día.
- Busca un lugar tranquilo, donde nadie te moleste y medita 5 minutos, pero, ¿cómo medito? Pues suele ser complicado, puedes intentarlo justo antes de irte a la cama o antes de despertarte, cuando las cosas en casa están más tranquilas. Si centras tus pensamientos en cosas básicas que te rodeen como el olor de tu perfume favorito o el sonido del pájaro vecino… Lograrás conseguirlo.
- Siéntate o adopta una postura cómoda, que te permita respirar con fluidez.
- Concéntrate en tu respiración. Inspira profundamente por la nariz y expulsa el aire por la boca suavemente. Intenta ser consciente de cómo el aire fluye por tu cuerpo. Al principio no es fácil y puedes desconcentrarte mucho, pero si eres constante, podrás notar la diferencia.
- Una vez que notes que la respiración es constante y fluida, deja que tu cerebro fluya, que piense lo que quiera, que se vaya a donde le de la gana.
- Pasado un rato, vuelve a concentrarte en la respiración, vuelve poco a poco a ser consciente de los ruidos que te rodean y vuelve a la realidad.
Estos viajes interiores a través del mindfulness o de la meditación pueden ser tan largos como quieras.
Al principio es complicado cogerle el truco, pero una vez eres capaz de dejarte llevar, verás como la cosa cambia y como sales de estos minutos con una energía diferente, mucho más renovada.
Intenta probando unos días ya que como has visto, mantenerte relajada una vez volvamos a la normalidad es posible, pero conlleva un esfuerzo.
Te animamos a que encuentres un espacio (físico y de tiempo) solo para ti, en el que te puedas cuidar un poco por dentro, a ser posible ¡todos los días!
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